CÓMO OBSERVAMOS LA REALIDAD IMPACTA NUESTRAS RELACIONES.

02/05/2023

Dice el refrán que nada es verdad y nada es mentira, todo es según el cristal con que se mira.

Si lo vemos desde la perspectiva de la programación neurolingüística, los seres humanos representamos la realidad mediante tres sistemas, el visual, el kinestésico y el auditivo, y aunque utilizamos los tres sistemas representacionales todo el tiempo, porque están ligados por completo a nuestros sentidos, tenemos un sistema representacional preferente o dominante. Los visuales tenemos predilección por lo que observamos, los auditivos por lo que escuchamos y los kinestésicos por las sensaciones táctiles, las emociones, los olores y los sabores.


Antes de platicar cómo esto puede serte de utilidad en las interacciones con otras personas en temas laborales, comerciales o particulares, te cuento sobre como puedes descubrir con facilidad la forma en que la persona que tienes frente representa su realidad.

Si tu sistema representacional preferente es visual, utilizas frecuentemente palabras como “me queda claro”, “veo luz al final del túnel”, “se ve bien” y tus ojos se mueven con mayor frecuencia hacia la parte alta de su cabeza cuando vas por recuerdos o estás creando soluciones.

Existen dos claros indicadores que te permitirán darte cuenta, uno es mediante el lenguaje al identificar las palabras que se emplean con mayor frecuencia y el otro al observar el movimiento de los ojos de la persona con la que conversas. Tus recuerdos generalmente están ligados a imágenes fijas o en movimiento y hablas muy rápido, ya que tratas de decir todo lo que estás observando. Eres muy cuidadoso en tu manera de vestir porque todo debe verse bien, tu ortografía generalmente es muy buena.

Si eres auditivo, entonces empleas palabras como “es música para mis oídos”, “me suena bien” o “ya me cayó el 20”, eres muy cuidadosos al escoger las palabras que usas, por lo que tu habla es un poco más lenta que la de los visuales, tienes una buena dicción y lees mucho.

Tus ojos se mueven con mayor frecuencia hacia la altura de tus odios, tanto para recuerdos como para generar soluciones. Tu realidad la representan principalmente ligada a sonidos, música, palabras e incluso recuerdas el timbre, entonación y ritmo con que fueron pronunciadas.


Si eres kinestésico, entonces utilizas palabras que involucran sentimientos, sensaciones y emociones, tales como “Se siente bien”, “me dolió hasta el alma” o “es un trago amargo”. Te gusta tocar a las personas y tus ojos se mueven para abajo a la izquierda por recuerdos y abajo a la derecha cuando estás en un proceso de introspección. Te vistes de una forma más cómoda y casual. Tu habla es más lenta que los auditivos y mucho más que la de los visuales.

Imagina que un vendedor que tienen un sistema representacional preferentemente visual está interactuando con un prospecto que es kinestésico, es importante que el vendedor ajuste su lenguaje al de su prospecto que es kinestésico y comprenda que tiene un lenguaje mucho más pausado que el de él, pues conectarse con las emociones y sensaciones y hacerlas presentes no resulta tan rápido como “ver” imágenes para el visual. Si esto no sucede lograr entendimiento, generar empatía y confianza será difícil.

Conocer nuestro sistema representacional, reconocer el de nuestro interlocutor, adaptarnos y adecuar nuestro lenguaje es clave en los procesos de comunicación.

A los seres humanos nos gustan las personas que se parecen a nosotros y cuando esto sucede se genera oxitocina, que conduce a la escucha empática y a que se genere la confianza y entonces la comunicación fluye de una manera más eficiente, se tienden puentes emocionales y se generan relaciones a largo plazo y se logra la venta.

Soy Miguel Chanona y transformo los resultados de las empresas, cambiando la vida de las personas.

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